Tema 1.1 Reproducción sexual y asexual
Reproducción sexual
A continuación, veremos lo que es la reproducción sexual en biología, su proceso y cómo ocurre en animales y humanos. Además, la reproducción asexual.
La reproducción sexual es la estrategia reproductiva que llevan a cabo muchos animales y plantas para dar lugar a nuevos individuos que perpetúen la especie.
En primer lugar, en la reproducción sexual son dos los individuos involucrados, a diferencia de la reproducción asexual que sólo es uno, una hembra y un macho. Tanto unas como otros tienen órganos conocimos como gónadas que producen gametos. Estos gametos son las células sexuales, óvulos en las hembras, generados por los ovarios y espermatozoides producidos por los testículos en machos.
La definición de reproducción sexual indica que este es el proceso fisiológico que permite a los organismos vivos transmitir su información genética a sus descendientes sin la unión de gametos procedentes de individuos de diferente sexo para que se produzca dicha descendencia.
Dentro de la reproducción sexual, encontramos una modalidad que es la reproducción hermafrodita. En este caso, se forman gametos, pero el mismo individuo puede dar lugar a gametos de tipo femenino y de tipo masculino, para lo cual dispondrán de dos aparatos reproductores bien diferenciados (femenino y masculino respectivamente).
La gemación es un tipo de reproducción asexual que consiste en la formación de un nuevo individuo a partir de un segmento de otro individuo preexistente.
Este segmento es un bulto o protuberancia denominado “yema” que aparece en el cuerpo del progenitor y crece progresivamente. Después de alcanzar un determinado tamaño (madurez), se considera un nuevo individuo completamente formado. Dependiendo de la especie, este nuevo individuo puede quedar unido a su progenitor para formar una colonia, o puede desprenderse para convertirse en un organismo totalmente independiente.
En la fragmentación, los fragmentos se forman debido a la división de varios organismos vivos. Cada uno de los fragmentos formados, después de pasar por el ciclo de crecimiento, se convierte en un individuo maduro y completamente desarrollado que es idéntico a su progenitor con respecto a la forma, el tamaño y otras dimensiones.
Las esporas micóticas, es decir, las producidas por hongos, resultan clave en la reproducción, propagación y supervivencia de sus especies. En su caso, un hongo es capaz de producir esporas por reproducción tanto sexual como asexual. Las primeras son vitales para la adaptación de las especies a cambios o nuevos entornos, mientras que las últimas son especialmente importantes para la capacidad de dispersión y colonización del hongo.
Si la espora es producida por la vía asexual, el ADN se duplica y divide por mitosis en el septo. La espora se forma y queda separada por una membrana plasmática, que se protege después con una cubierta resistente y se libera al medio.
La propagación vegetativa es un mecanismo reproductivo en el que se genera un nuevo individuo idéntico a la madre, es decir, se generan clones, ya que la reproducción se da a través de la mitosis.
La propagación vegetativa o asexual tiene su basamento a nivel celular, en la presencia de tejido meristemático en las plantas ya adultas, este tejido posee la característica una alta potencialidad de multiplicarse o división, a la vez que sus células tienen todo el material genético necesario para el desarrollo de un nuevo organismo.
En la propagación vegetativa la unidad reproductiva está representada por porciones pluricelulares que provienen de la planta madre.
Se da naturalmente en los vegetales, y es considerada como un fenómeno básico y antiguo utilizado por todas las plantas; dicho fenómeno ha sido estudiado y aprovechado por el hombre, el cual ha ideado diferentes técnicas artificiales de propagación de este tipo para su beneficio.
El término “cultivo in vitro de tejidos” significa cultivar algunas partes de las plantas también llamados “explantes”, como segmentos de hoja, tallo y raíces, además de otros tejidos u órganos vegetales, dentro de un frasco de vidrio en un ambiente artificial, en los que deben de controlarse la asepsia, el crecimiento y el desarrollo de estos diferentes tejidos. No deben de crecer microorganismos como bacterias y hongos, y los tejidos o plantas deben de mostrar un óptimo desarrollo.
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